Acerca de Javier Pérez
Con la naturaleza desde siempre…
Mis inicios en el mundo de la caza…se los debo y agradezco a mis abuelos y a mi padre.
Crecer, en un entorno rural, en el que la ganadería, la caza, las tradiciones culturales se respiran por los cuatros costados van forjando ese perfil y actitud frente a ellos.
Pero el que tenga esta ilimitada afición por la caza, por la gestión y por la conservación de la naturaleza que nos rodea, fue transmitida por ellos y he tenido la suerte de ser morralero desde los 3 años de edad.
He tenido la suerte de aprender de cada uno de ellos cosas diferentes del mundo de la caza y además con cada uno de ellos cazar mi primera pieza, conejo, perdiz y torcaz…lances que no olvidaré jamás.

Aparte, ayuda mucho, que el negocio familiar fuera una armería…Armería Azurmendi que regentó mi padre y mi abuelo durante muchos años…todos los días al salir del colegio, mis tardes transcurrían entre cartuchos, armas y demás accesorios….
Pero antes de ese momento hubo muchas muchas jornadas de aprendizaje, con el morral a la espalda, aprendiendo a moverte en el campo, a respetar, a escuchar y a interpretar lo que te dice el campo, huellas, olores, marcas….
Aunque muchos no lo vean así, quizás por desconocimiento, la acción cinegética es una formación muy válida para la vida en general, aprendiendo valores, esfuerzo, sacrificio, superarse, respeto, ética, y por supuesto la educación creando unos vínculos muy fuertes entre nosotros, tanto entre amigos, cuadrillas, como en padres-madres y abuelos con los hijos o los nietos…

Mis inicios cinegéticos siempre han estado vinculados a la caza menor, siempre con mi inseparable perro, en mi caso con los años y la independencia que te proporciona la edad, me fui introduciendo en la caza mayor, sobre todo en el mundo del rececho y de las esperas al jabalí.
Qué hoy en día compagino ambas en todas las ocasiones que puedo.
